Haga clic en el título para leer el testimonio completo: “Justo cuando la reunión se estaba disolviendo para ir a la casa de alguien, debido al frío y al viento, y todos estábamos hablando en las diversas áreas de Kerrville, ustedes oraron por mí. Creo que Bob te dijo, de alguna manera justo antes de eso, que mi corazón necesitaba sanidad, y sentí tu mano en mi espalda. Luego, cuando me iba, dos personas me dijeron que la parte de atrás de la chaqueta negra de Bob, que me había traído del auto y que yo tenía sobre mis hombros, estaba cubierta con polvo de oro. Tuve mucha suerte de escuchar eso, y nos fuimos a casa. Esa noche, sin a-fibrilación, Max, al día siguiente un ataque rápido contra el que me enfrenté, y NINGUNO DESDE, ¡Aleluya!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! !!!! ¡Nuestro Señor es TAN asombroso! Sólo digo' :)"

Cita del correo electrónico de Elizabeth Glover a Max Greiner 12/19/11