por Janet Denison
Jueves, agosto 09, 2012
La gente siempre ha sido escéptica de los milagros de Dios. Thomas Jefferson eliminó los milagros del Nuevo Testamento de su libro, La Biblia de Jefferson. Él creía que Mateo, Marcos, Lucas y Juan los habían agregado como malas interpretaciones a la vida de Cristo. Vi una historia en las noticias esta semana que motivó esta publicación. Creo en milagros. Yo creo que Dios le dijo a Moisés que extendiera su mano y las aguas del Mar Rojo se partieron (Éxodo 14). Creo que Dios detuvo el río Jordán cuando Josué envió a los sacerdotes, cargando el arca, a sus aguas (Josué 3). Creo que Jesucristo fue el Hijo de Dios y que realizó muchos milagros durante su vida. Y creo en Hebreos 13:8: “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos”. Entonces, ¿por qué lucho cuando veo historias sobre milagros, como la historia que vi en las noticias esta semana?
Una estación de noticias local publicó una historia sobre La Cruz en Kerrville. Kerrville es un pequeño pueblo ubicado cerca de San Antonio, Texas y se encuentra en la misma latitud que Israel. Esta cruz de 77.7 pies está ubicada en la Interestatal 10, en un jardín de oración, donde la gente viene gratis para pasar un tiempo tranquilo con Dios. “La Cruz Vacía” es una escultura construida por Max Greiner, un escultor de Texas, y simboliza la resurrección de Jesús. Es una escultura impresionante, pero de eso no se trataba la noticia. La cruz fue erigida en 2010 y desde entonces The Coming King Foundation ha documentado a muchas personas que han dicho que experimentaron la presencia de Dios e incluso la sanidad de Dios mientras estuvieron allí. La gente ha visto ángeles, pequeños orbes de luz y ha hablado del polvo de oro que les ha caído encima mientras estaban en la cruz. Me atrajo la noticia por curiosidad al principio y por un sentido de llamada al final. ¿Es The Cross at Kerrville un lugar donde Dios está haciendo milagros? Mucha gente cree sinceramente que lo es.
The Cross at Kerrville, un primer plano de 77 pies de acero cor-ten que brilla de color rojo sangre en el sol poniente (Crédito: The Coming King Foundation)Busqué en Google "Milagros modernos" y disfruté leyendo varios artículos que encontré. Disfruté especialmente un artículo del Christian Post sobre un médico que sufrió un ataque al corazón, fue considerado muerto y luego, milagrosamente, "regresó de entre los muertos". El artículo continúa diciendo que muchos médicos han visto milagros y debido a que los médicos son considerados “testigos creíbles”, se convocó una convención para recopilar sus historias. Después de leer ese artículo, me di cuenta de que era más probable que confiara en la experiencia del médico que en los que había visto en el informe de noticias sobre Kerrville Cross. Y luego rápidamente me pregunté por qué. No hay nada en las Escrituras que sugiera esa posición. De hecho, los testigos más creíbles de los días de Jesús habrían sido los fariseos y se opusieron constantemente a sus milagros. Los fariseos, los de mayor conocimiento, se perdieron los milagros. ¿Podría ser eso cierto para el pueblo de Dios hoy?
Los misioneros regresan a los Estados Unidos con historias asombrosas de lo que Dios está haciendo en otros países. Muchos musulmanes informan sobre visiones de Jesús y sueños que los han llevado a convertirse en cristianos. Otros misioneros cuentan historias de sanación y experiencias con personas que luego llegaron a creer que eran ángeles. Nos maravillamos con sus historias y la mayoría de nosotros no tenemos ningún problema en aceptarlas como realidad. Entonces, ¿por qué dudamos de las experiencias de la gente de la calle, o de una iglesia diferente a la nuestra? ¿Nos estamos perdiendo los milagros de Dios?
La gente siempre ha falsificado la obra de Dios. Los sacerdotes de Baal tenían sus trucos (1 Reyes 18) y la Bruja de Endor estaba convenciendo al rey Saúl (1 Samuel 28). Pablo y Juan advirtieron a las iglesias que tuvieran cuidado con las personas que imitaban la obra de Cristo, pero eran falsos maestros. Nuestras transmisiones de noticias rápidamente revelan ministerios que han sido atrapados tratando de engañar a la gente para que ofrezca apoyo, cuando el ministerio carecía de integridad. ¿Los que falsificaron la obra de Dios nos han hecho dejar de creer en sus milagros?
Si Moisés no creyera en los milagros, dos millones de personas habrían sido recapturadas por los egipcios y habrían permanecido esclavas. Si los discípulos no creyeran en los milagros, nunca hubieran seguido caminando con Jesús, y nunca hubieran predicado a un Salvador resucitado. Si Pablo no creyera en los milagros, podría haberse quedado como un fariseo ciego y arruinado. Si no crees en los milagros, no confiarás tu vida a un Cristo resucitado.
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. Él todavía está haciendo milagros en este mundo. Todavía estoy orando por todo lo que he leído esta semana. No quiero perderme los milagros que Jesús está haciendo ahora mismo. Probablemente encontraré un momento para ir a Kerrville, sentarme en ese jardín de oración y pedir la presencia de Dios. Me encantaría abrir los ojos y ver ese polvo dorado en mis brazos, pero si no está allí, seguiré creyendo en mi Salvador. Creo en los milagros, no quiero perderme ni uno.
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